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domingo, 31 de marzo de 2013

A DIOS ROGANDO Y CON EL MAZO DANDO!



En medio de la celebración de la Semana Mayor continua la campaña electoral rumbo al 14-A. Por una parte el candidato de la derecha CAPriles busca desesperadamente aprovechar las fiestas para mostrarse creyente y seguidor de la doctrina de Cristo, llegando incluso a la osadía de repartir en templos de Caracas, estampitas con imágenes religiosas que por la otra cara invitan a votar por él. Del otro lado se desarrolla la agenda revolucionaria, continuidad en el debate de ideas, puesta a punto de la maquinaria electoral y trabajo en la calle para garantizar la victoria popular una vez más. Parte del legado de nuestro Comandante Hugo Chávez ha sido materializar desde el poder político la doctrina de Jesús y ser como lo fue él un redentor de los pobres. Por ello no basta con pedir a Dios la paz, la seguridad y desarrollo del país, hay que trabajarlo y con mística para conseguir ser cada vez mejores, sólo así el país pudo lograr disminuir la pobreza extrema del casi 30% en 1998 al 6% en la actualidad. La amplia ventaja que muestra en los sondeos de opinión el Presidente y candidato Nicolás Maduro frente al candidato del Imperio indican que la fórmula progresista encabezada por Nicolás Maduro tiene la opción de triunfo, porque el PSUV y el Gran Polo Patriótico tienen una organización muy bien estructurada y con excelente capacidad de movilización de la base social de la Revolución Bolivariana, mayoritariamente compuesta por las clases populares que vienen siendo atendidas por medio de los planes y las políticas públicas del gobierno nacional. Del otro lado el candidato perdedor CAPriles, tiene una detestable carrera política como gerente público evidenciada en su penosa gestión como Diputado, Alcalde y Gobernador, y que en su maniobra cobarde y acomodaticia de última hora por llegar a la Presidencia ha traicionado hasta a los propios partidos de la oposición y se le ha ido la luz a mitad del túnel con el retiro del apoyo de algunos diputados que hasta hace una semana fueron sus aliados políticos en la Asamblea Nacional. A ello se agrega el nefasto programa de gobierno, titulado “Plan nacional a largo plazo y una alianza política para su realización (2013-2019)”, hecho al calco de los intelectuales mercenarios de la torpe burguesía capitalista y su perverso neoliberalismo, sin ningún tipo de diagnóstico y sin medir las consecuencias para la realidad social y económica del país. Frente esa momificada tendencia política, la Revolución Bolivariana representa hoy el movimiento político mejor ensamblado desde el punto de vista ideológico, extraordinariamente acoplado estructuralmente en lo estratégico y en lo táctico, con un Plan de Desarrollo que ha sido resultado de una amplia consulta nacional y donde se revisan los problemas humanos a la luz socialismo, entendiendo que la praxis política exige dentro de la anatomía del poder de un pensamiento crítico, de reflexión permanente y de la acción consciente para validar las promesas de la democracia, primero en mundo de las ideas y luego en el terreno de los hechos concretos. Por eso la tarea titánica en este momento está en hacer efectivo nuestro trabajo como militantes disciplinados, activando con eficiencia las patrullas y motorizando su despliegue en cada una de las regiones del país, con la finalidad concreta de lograr una congregación de fuerzas tal que permitan a Nicolás Maduro un triunfo presidencial rotundo e inobjetable este 14 de abril, y evitar a toda costa la transgresión de la derecha que, en las apetencias faraónicas de su gramática totalitaria, pretende romper el hilo constitucional como lo hizo el 11 de abril del año 2002. La puntilla la han querido dar con una campaña de descrédito al Candidato Nicolás Maduro, inspirada por los mandarines del imperio, e inducida por los amos del valle quienes sienten un profundo desprecio por el pueblo, pero igualmente matizada por el libreto mediático de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y desarrollada en una política de audiencias profanas a través de Globovisión, el mismo canal fascista que encapsula la corrupción, el chantaje y la mentira. Frente a ello la Revolución Bolivariana reivindica las grandes causas del poder social en Venezuela, la dignidad de la política democrática y del proyecto socialista, que a partir del 14 de abril tiene una tarea enorme en seguir mantenido la democracia como el “Ágora” abierta al pueblo, mirando la riqueza nacional como la posibilidad de darle direccionalidad progresista a un proyecto altamente institucionalizado y centrado en la parte humana del poder, cuya meta última debe seguir siendo la  posibilidad cierta de llenar de valores y contenido participativo los objetivos, las decisiones y las acciones revolucionarias, en cualquier lugar y en cualquier espacio de la geopolítica nacional. Siendo así, luego del 14 de abril el Presidente Nicolás Maduro tiene como tarea emblemática seguir consolidando una política socialista de largo alcance, garantizando que las gestión gubernamental se aplique bajo los principios constitucionales de la inclusión, la igualdad, la equidad y la justicia social,  orientándola a través de las “Micromisiones” y los macroproyectos a garantizar efectivamente un gobierno eminentemente popular, como soñaba nuestro Libertador Simón Bolívar en la “Carta de Jamaica” y la mayor suma de felicidad posible como lo imaginaba nuestro Comandante Hugo Chávez en sus permanentes disertaciones revolucionarias. Por eso y conforme a lo expresado por  Nicolás Maduro “del lado de la Revolución y el socialismo están las ideas para el futuro de la humanidad” y este paso se inicia evaluando de manera permanente la Revolución, pasando de la teoría a la lucha práctica en las esferas políticas, económicas, sociales y culturales.  Es aquí donde no pueden haber vacilaciones ni posiciones contradictorias y menos tendencias centrífugas, desintegradoras, que lleven al desconcierto de la política,  porque solo la unidad nos hará grandes. Con este telón de fondo solo el triunfo de Nicolás Maduro garantiza la gobernabilidad dentro de la Revolución. La victoria está asegurada porque tenemos la mejor propuesta el mayor legado y el inmenso apoyo popular; pero debemos hacer cada quien nuestro trabajo para garantizar la victoria, como reza el dicho: a Dios rogando y con el mazo dando.

 Hugo Cabezas

Caracas 3 y 25 pm


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