VISITAS:

contador de visitas

lunes, 18 de marzo de 2013

Candidato Majunche, la segunda parte.


Hugo Cabezas


Bien saben los amantes del cine que nunca una segunda parte fue tan buena como la primera, pero cuando se trata de una película como el “Candidato Majunche” cuyo guión y puesta en escena fue abiertamente rechazada por la gran mayoría de los espectadores, resulta poco menos que “absurdo” semejante empeño de aquellos que insisten una vez más en vender un producto que nadie compra, así podemos hacer el paralelismo con esta 2da edición de Capriles Radonski candidato presidencial, obstinado por dirigir la república a tan solo 6 meses de la paliza política que le propinó el Comandante eterno Hugo Chávez y el pueblo venezolano.

El oposicionismo no solo repite candidato, sino además una pésima estrategia electoral que no por mala y poco efectiva, deja de ser peligrosa para el país porque nuevamente es la violencia su arma predilecta. Esto lo devela uno de sus más conspicuos asesores, Luís Vicente León en artículo de su autoría titulado ¿Qué esperar del 14 Abril? que puede encontrar en www.nuevamayoria.com entre otros portales internacionales.

El Director de la encuestadora Datanalisis señala diversos elementos de lo que habrá de ser la campaña de Capriles. El guión a seguir contiene grandes falacias entre algunas verdades que para la oposición son poco alentadoras. León parte de la idea de que ante la “mitificación de Chávez” a Capriles le corresponde como “objetivo inmediato, hacer que Nicolás Maduro toque tierra”; es decir, se aleje de la figura de Chávez, adorada y respetada por la mayoría del pueblo que escogería a Maduro por su nexo con Chávez y su determinación de que es este quien debe sucederle en el poder.

Señala León que debe ser entonces tarea de Capriles que la población entienda que Maduro no es Chávez y que no se quede enredado en la idea de que votar por Maduro es votar por Chávez”. Pero, cómo lograr esto, se pregunta el asesor y la respuesta es la primera pauta del nuevo guión que ya viene ejecutando Capriles la confrontación extrema: “será más duro, más agresivo e incluso desafiante con Nicolás Maduro. Mucho más de lo que fue con Hugo Chávez.” De allí los reiterados, abusivos y desproporcionados insultos y descalificativos que el “líder oposicionista” manifiesta diariamente contra el candidato Maduro.

La estrategia de la “confrontación extrema” debe diferenciarse de la aplicada en las elecciones del 7-Oct., señala Luis Vicente León que: “mientras la campaña de Capriles contra Chávez intentó sacar del centro de atención la figura de Chávez y moverla hacia la oferta de cambio, las expectativas de país, la opción de ir hacia algo moderno, esta estrategia deberá sumarle a eso el enfrentamiento con Maduro.” Aunque ciertamente la confrontación directa pudiera tensar la disputa electoral, los descalificativos a Nicolás Maduro rayan en el absurdo de ofender lo nacional, lo popular, lo tradicional; así “el busetero o chofer, como pretendieron insultar al candidato de la Revolución, se consolida cada vez más en los sectores mayoritarios del país, los sectores populares.
Frente a esta realidad León propone un complemento en la estrategia, se trata ahora de que ante la imposibilidad de pelear con Chávez, cuya imagen se habría convertido en una especie de “semidios”, Capriles en su intento de confrontar con Maduro deberá enaltecer la imagen de Chávez, en sus palabras: “Incluso, es posible que veamos a una oposición que conserve los valores positivos de la figura del fallecido presidente para mostrar que Maduro no es Chávez, para llevarlo a una comparación con Chávez, un contraste que dejaría al candidato del PSUV como malísimo, incapaz y hasta peligroso en comparación con el líder máximo”.
De allí que desde la lamentable muerte física del Comandante Chávez, hayamos visto hasta a sus peores detractores nacionales e internacionales, reconocer sus meritos, exaltar su gesta humanista e incluso lamentar con descaro la pérdida del líder de la revolución. Así, el Secretario General de la OEA, las máximas autoridades de la ONU, incluso el reconocimiento del PNUD de las políticas sociales de la revolución, que aunque con méritos ciertos, sirve para la estrategia diseñada. Hoy mismo en entrevista para el canal privado Venevisión el candidato Capriles señala: “si algo hay que reconocer al Presidente (Chávez) fue haber puesto el tema de la pobreza en primer lugar”. ¿Con qué finalidad se hace esto? Para confundir al pueblo, generar división en el chavismo, intentar que el pueblo desconozca la figura de Nicolás Maduro como sucesor.
La idea del oposicionismo y Capriles es impedir, desesperadamente, que el pueblo mayoritariamente chavista, vea en Nicolás un sucesor válido de Chávez, Así lo propone León refiriéndose al trato que debe tener Capriles hacia Maduro: “Por eso el ataque, por eso la confrontación, por eso va a ubicar claramente a su enemigo. Esa estrategia será vital para que Capriles logre su propio click”, refiriéndose al elemento de conexión entre pueblo y líder político.
Dónde centrar el debate para la descalificación de Nicolás Maduro como sucesor de Chávez, además de la descalificación personal la oposición y Capriles se centraran en intentar vender la imagen de que la “gestión de Maduro al frente del gobierno ha sido mala”, para ello señala León, deben atacarse el tema económico. “La economía se ha quebrado y la población recibe estos efectos. Se hizo evidente cuando la popularidad del gobierno perdió 8 puntos porcentuales de diciembre a febrero. Los temas económicos: devaluación, deterioro en el abastecimiento, la pérdida de variedad en el mercado, la escasez de productos como repuestos y materiales de construcción, las restricciones a las cuales ha sido sometida la población, afectan desde ya la evaluación de este posible gobierno”.
La guerra económica que se viene aplicando contra el gobierno y el pueblo esta sistemáticamente orquestada a los fines de construir una imagen de país conflictiva, en proceso de quiebra, aun cuando la situación no sea tal. De allí la necesidad de incrementar las políticas contra estas prácticas y de garantizar la diligencia en las políticas públicas referidas a alimentación, construcción y servicios, como parte de la consolidación del gobierno revolucionario. La estrategia de escasez persigue generar no solo descontento sino incluso violencia, que como veremos más adelante es pieza clave del guión de Capriles.
Todos estos elementos y artilugios de campaña diseñados y aplicados para Capriles se acompañan de un elemento verdaderamente preocupante en la propuesta de León. Es lo que denomina “cisnes negros” para hacer referencia a “esos eventos impredecibles capaces de cambiarlo todo”. Esta estrategia, de larga aplicación por el Departamento de Estado de los EEUU en sus intervenciones en América Latina y otras partes del mundo, reviste especial consideración. Ya lo denunciaba el Presidente (E) y candidato del chavismo, Nicolás Maduro, acerca de información de inteligencia que da cuenta de planes violentos incluso contra el propio Capriles, buscando caotizar el país, justificar una intervención militar extranjera, o bien atentar contra partidarios opositores como ya lo hicieran en los lamentables hechos de la Plaza Altamira posterior al paro Petrolero de 2002; en fin, la confrontación para León y la oposición contempla TODO lo que sea válido para lograr el objetivo, que no es únicamente ganar unas elecciones, que él propio Luis Vicente León reconoce lucen bastante complicadas para la oposición, se trata de que “gane o pierda la oposición, ya habían perdido un gobierno por seis años. Estar en la palestra, colocar a Maduro en el plano adecuado y denunciar el abuso de poder, incluso si pierden, sería una importante ganancia”.
La película del oposicionismo continua, nuevo guión con los mismos actores, no terminan de entender que la “cultura política” de los venezolanos y las venezolanas ha cambiado, que hay otros elementos de análisis, de valores, de conocimiento y manejo de la información en la población que no han comprendido y que los aleja considerablemente de hacerse con el apoyo popular. Por eso preocupan los otros escenarios propuestos, los “cisnes negros” de los que habla León. Los EEUU ya han iniciado abiertamente su guerra contra la revolución anunciando la misma vocera del Departamento de Estado para América Latina, Roberta Jacobson que su candidato es Capriles y que desconfían del CNE, a pesar de los múltiples reconocimiento internacionales y nacionales como el mejor sistema electoral del mundo. Debe entonces la revolución no solo batallar por mantener esa inmensa mayoría de respaldo con eficiencia revolucionaria, sino además develar todos los intentos de un oposicionismo que cada vez con más desespero se acerca a la violencia como solución ante la imposibilidad de conseguir la victoria, democráticamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario