Hugo Cabezas
La
careta democrática de la derecha fascista se cae día a día con el accionar
violento de quienes siendo desfavorecidos del apoyo popular, intentan por
cualquier vía llegar al poder en un país que hace mucho tiempo despertó políticamente
y construyó una nueva conciencia política que hace inviable que las falacias de
la derecha golpista, puedan manipular a la mayoría de los venezolanos y
venezolanas. Sin embargo existe otro sector del país, que aunque siendo
altamente beneficiado de las políticas revolucionarias, se opone al gobierno
humanista y socialista con el agravante de que en su oposicionismo se deja
manipular inoculando dentro de sí “odio” por el adversario y desconociendo
cualquier virtud de quienes desde hace 14 años hemos venido construyendo una
Venezuela más justa que entre otras cosas ha logrado disminuir la pobreza
extrema del 17,1%, en el segundo semestre de 1998, a 6% para el segundo
semestre de 2012 indudablemente producto de las Misiones y Grandes Misiones.
Pero a esto la derecha más recalcitrante no solo le molesta sino que le da
asco; así se atreven a declarar la “muerte de la revolución” y otros sesudos
analistas a hablar del Fin del lumpen
Chavista, tal y como Luis Prados despectivamente titula su más reciente
“articulo” para referirse a esos pobres que han venido mejorando su condición y
apoyan el proyecto chavista, los cuales en su entender deben desaparecer. Este
personaje, miembro del Grupo La Colina que se presentan como defensores y
promotores de los derechos humanos, se parece más bien a aquel escuadrón de la
muerte denominado Grupo Colina que en la década de los ochenta opero en el Perú
de Alan García y se dedicó a masacrar y asesinar todo tipo de disidencia
política bajo la supuesta lucha contra grupos irregulares, dejando a su paso
una larga estela de muertes civiles incluidos niños y mujeres. Pero es que
así piensa y siente la derecha, lo que
no se parezca a ellos es escoria humana, “lumpen” como bien lo reconoce Luís
Prados y la muerte es la suerte que estos deben seguir, bien de hambre sumidos
en la pobreza extrema como nos tenían en los ochenta y noventa, o bien
asesinándolos en “protestas” como ahora opera Capriles y su combo fascista contra
todo aquello que no le guste, con la justificación de “intelectuales” como este
Grupo Colina. En su afán de justificar lo injustificable de la violencia
fascista, deja ver Prados y su grupúsculo, su arrogancia y elitismo que le
lleva a desconocer el chavismo bolivariano incluso rayando lo xenófobo. Para
este “opinador”, los chavistas son, sin excepción, malandros que se benefician
de los programas sociales, mientras la oligarquía se refiere a “la gente
corriente que se levanta temprano para ir a trabajar”. Además señala Prados que
el oposicionismo fascista que representa Capriles, obtuvo una victoria moral el
domingo pasado; pues ni victoria política ni victoria moral, y lo poco que han
avanzado con el personajillo de Capriles como careta del fascismo luego de dos
años y medio de campaña, lo están destruyendo día a día actuando al margen de
la ley, como verdaderos “malandros que son”; asesinando a quienes piensan
distinto y peor aún, dañando la moral de quienes manipulados le dieron su voto el
domingo y ahora se desencantan una vez más ante la derrota por su nefasto
manejo del escenario político. La arrogancia y elitismo de esta gente, solo es
cónsona con una monarquía, las cuales por cierto pululan en el viejo mundo,
sorteando la bancarrota y el desempleo. Se creen designados por la providencia
para dirigir un país en beneficio de sus intereses, para beneficio de la
burguesía, como lo reconoce Prados y en detrimento de la inmensa mayoría, los
pobres, o en su lenguaje, el lumpen chavista melandro; quienes gracias a la
política de la revolución hoy comen al menos tres veces al día como reconoce la
FAO, mientras ustedes le tenían comiendo perrarina; ese lumpen chavista a
quienes le negaron la seguridad social y hoy vamos por 2 millones 436 mil 306 adultos mayores en el
sistema de seguridad social de los 387mil que escasamente incorporaron ustedes
y reprimían y asesinaban cuando exigían el pago de sus míseras pensiones, las
cuales por cierto hoy se equiparan al salario mínimo. Pero lo que más le
molesta a Prado y los otros “intelectualoides” que justifican el fascismo de
Capriles es que todo esto lo hemos hecho a partir del uso de los recursos
nacionales, esos que ustedes se robaban y disfrutaban fuera del país; así
mientras de 1986 a 1998 ustedes en sus corruptos gobiernos acumularon un “gasto”
público de 73.494 millones de dólares; la revolución bolivariana y chavista ha
tenido una INVERSIÓN SOCIAL de 468.618 millones de dólares de 1999 a 2011. Este
pueblo ya no es el pueblo pobre y humillado que ustedes asesinaron a su antojo;
hoy somos un pueblo digno y consiente que defiende sus intereses y lucha contra
la mentira y la barbarie que ustedes desde su “colina elitista” impulsan con
odio y violencia. En la medida que el país avanza en revolución se consolida la
independencia y construimos PATRIA, a quienes cada vez se les acerca más su fin
es al oposicionismo fascista que ustedes representan.
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