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domingo, 26 de mayo de 2013

Dialogo revolucionario: el retorno de la política.


Decía el Presidente Chávez que uno de los mayores logros de los últimos años venía siendo el “retorno de la política”, que sobre las más oscuras tesis del neoliberalismo que propuso Francis Fukuyama con “fin de la historia y el último hombre”, se está imponiendo producto de las luchas y debates que los pueblos y sus liderazgos impulsan día a día en un mundo que está aún muy lejos de haber alcanzado sus metas humanas. El Gobierno del Presidente Chavista Nicolás Maduro se inició quizá en la coyuntura más compleja de los últimos tiempos, producto no solo del ataque vigorizado de la derecha nacional e internacional contra la Revolución luego de la partida física del Comandante Eterno, sino además por el impacto que en lo anímico y en lo político supuso para el chavismo, como corriente política diversa que aglutina su legado. Por ello, la lectura política que del país realiza el Presidente Chavista Nicolás Maduro y el equipo Político de la Revolución ha iniciado un arduo proceso de reconstitución del escenario y el juego político, ratificando la democracia como espacio para las confrontaciones políticas. Al margen quedan no solo los representantes más recalcitrantes de la derecha apátrida y golpista quienes día a día se desdibujan con su propuesta violenta e ilegal ante el accionar “político” de nuestro Presidente. Pero también sacude a aquellos sectores internos que en su malentendida función autocrítica no comprenden que el país requiere un tratamiento especial bajo un nuevo liderazgo, sin que ello suponga traicionar principios, los cuales por el contrario han sido reimpulsados y enarbolados al momento de asumir conversaciones tanto con empresarios para el tema del acaparamiento y la escasez, como en lo referente a los medios para luchar contra la violencia. “Seamos políticos verdaderos” pedía el Comandante Chávez, y eso es lo que ha asumido el Presidente Chavista Nicolás Maduro, el retorno de la política  a la vida nacional pasa no solo por apartar a los violentos fascistas, sino también por generar espacios para el debate y el encuentro de los factores políticos revolucionarios, también de los factores políticos adversarios, para fortalecer la República, el Estado, las instituciones. El retorno de la política a la vida nacional se convierte día a día en el primer gran logro del Gobierno Chavista del Presidente Nicolás Maduro.
                                                                                                                                                    Hugo Cabezas
                                                                                                5:33 pm
                                                                                                             www.kratoscp.com

domingo, 19 de mayo de 2013

Economía Política y Autocritica Revolucionaria!!!



El manejo de la economía de un país es competencia de quienes dirigen desde el gobierno al Estado. En Venezuela, la riqueza petrolera determinó que fueran las trasnacionales en componenda con las élites locales quienes dirigieran la economía para beneficio de sus intereses en detrimento de la gran mayoría nacional. La revolución bolivariana dio un giro de 360° a esa política. Primero asumiendo el control real de PDVSA, lo que valió el golpe de estado de 2002; luego diseñando e impulsando una verdadera Economía Política, cuyo fin último es “servir al ser humano” como tácitamente lo precisó en más de una ocasión el Comandante Chávez.
Ese legado lo asume el nuevo Gobierno Chavista del Presidente de la República Nicolás Maduro con la necesidad de hacer frente a una guerra económica que, es bueno decirlo, inició desde 2012 con el objetivo de generar descontento en la población por medio del hambre, como herramienta política, finalidad real del desabastecimiento y la especulación.
La coyuntura requiere del manejo audaz y eficiente tanto de los recursos como del escenario político, a fin consolidar la mayoría que apoya la revolución, pero además de capitalizar progresivamente esa parte del país (49%) que no cree capaz al actual gobierno de superar la crisis parcial que ha devenido producto entre otros de la guerra económica. Esa situación no podemos obviarla y el Gobierno asume la necesidad no solo de implementar políticas sino de comunicar políticamente esta disposición a todo el país, el chavista y antichavista, no para sus elites sino para ese pueblo que no ha comprendido aún el proyecto. Así, el Gobierno Chavista del Presidente Maduro ha impulsado un nueva política cambiaria; ha reimpulsado una ambiciosa política de distribución de alimentos a precios justos (Mercal y PDVAL) junto a una rigurosa política de fiscalización y seguimiento de la actividad económica contra la especulación, promulgando una Ley para regular la venta de vehículos, aumentado el salario, reimpulsando la industrialización y más recientemente llamando a grupos económicos a revisar en el marco de las leyes, su accionar para “garantizar” su correcto proceder. Han sido un conjunto de políticas no solo una “reunión con un sector del país” que no por ser nuestro adversario vamos a ignorarlo, cometiendo un error estratégico.
Pero hay algunos a quienes esta disposición les molesta. De inmediato denuncian debilidad del gobierno y hasta traición. La autocrítica revolucionaria debe siempre existir para desnudar errores pero también para PROPONER soluciones. Quienes ven en la disposición del Gobierno a dialogar incluso hasta con La Polar, signos de debilidad, son los mismos que solo tres semanas atrás decían que el Presidente Maduro debía entender que la coyuntura política era otra y en consecuencia leer el país de otra manera. Pero cuando se actúa también critican y más allá destruyen.
Dijo el Presidente Maduro que estaba dispuesto a sentarse con “el Diablo” de ser necesario, para garantizar la Paz nacional y ha cumplido, sin despegarse ni un solo instante del mayor legado del Comandante Chávez, la ETICA CHÁVISTA, esa que garantiza que cualquier estrategia que siga nuestra soberana Política Económica “sea siempre en servicio del ser humano”, esa ética que ha construido una política eficiente que ha permitido a Venezuela ubicarse entre los 47 países del mundo con un Índice de Desarrollo Humano Alto según el informe 2013 del PNUD.

Hugo Cabezas
Caracas 11 y 58 am

lunes, 13 de mayo de 2013

Perspectivas revolucionarias de Venezuela en el MERCOSUR


El gobierno revolucionario viene impulsando una política exterior de alto nivel y de profundo sentido diplomático. La unificación de criterios sobre la necesidad de darle direccionalidad a las relaciones internacionales en un mundo multipolar, constituye un factor medular de la agenda de trabajo orientada hacia la formulación y ejecución de las estrategias de negociación, y una experiencia exitosa en el papel de defensa del interés nacional, de los cambios democráticos, en la lucha antiimperialista, y por la integración de los pueblos. En este sentido, la opción integracionista constituye una oportunidad para el Estado venezolano y de allí que el gobierno revolucionario en estos 14 años haya empeñado sus mejores esfuerzos por insertarse en bloques de integración regional como el MERCOSUR y por crear modelos integracionistas inéditos como el ALBA y la CELAC, que conforman instrumentos de decisión intergubernamental de alto impacto continental porque en la “arena política” llevan adelante importantes cursos de acción consensuados y desempeñan objetivos económicos, comerciales, sociales, culturales y políticos, en función de las necesidades conjuntas de los países signatarios. Desde luego que el gobierno revolucionario viene marcando la ruta de la integración latinoamericana, formulando una política exterior de convergencia socialista y de mucho sentido crítico contra la concepción globalizadora de la política internacional, que diseñada a la medida tecnocrática de los órganos multilaterales y del capital financiero trasnacional, imponen sin la revisión necesaria, formas de integración de corte exclusivamente económico, transversalizadas por las ideologías del “pensamiento único” neoliberal y del llamado “Fin de la Historia”. Frente a ello la política exterior del Estado revolucionario, a partir de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, defiende la idea de los modelos de integración activos, destinados a romper las asimetrías y consustanciados con la democracia participativa y protagónica, la paz, el antiimperialismo, la solidaridad entre los pueblos, la libertad, la independencia, la soberanía, el anticolonialismo, la cooperación, la reciprocidad económica, y el sentido humano de la política, el problema geográfico y de la distribución del poder. En este sentido y fruto de los esfuerzos revolucionarios es la condición lograda por Venezuela el 31 de julio del 2012 como “Estado Parte” del MERCOSUR”, luego de cumplir desde el 15 de diciembre de 2004 con la condición de país asociado y desde el 4 de julio de 2006 como miembro pleno. Venezuela ha alcanzado los protocolos de adhesión y ha venido trabajando de manera interrumpida bajo la coordinación de la Cancillería en las diferentes agendas de políticas sectoriales donde se involucran todos los ministerios. En términos concretos el MERCOSUR comprende una superficie de 13 millones de kilómetros cuadrados, incluye unos 300 millones de habitantes, e impulsa una economía estimada de 3,3 billones de dólares al año. Esto representa para Venezuela inmensas oportunidades de negociar con sus pares internacionales en condiciones equitativas y darle viabilidad a acuerdos en materias variadas de orden comercial, industrial, agrícola, seguridad, educativo, ciencia, tecnología, información, seguridad, etc. Por ello la reciente gira del Presidente Nicolás
Maduro por el Cono Sur, permitió firmar acuerdos estratégicos de carácter progresista con Argentina, Brasil y Uruguay, en un ambiente de hermandad y fraternidad entre nuestros pueblos, orientados al intercambio de bienes, servicios y mercancías. Conforme a lo previsto, el gobierno revolucionario de Nicolás Maduro teniendo presente el objetivo histórico de convertir a Venezuela en una “país potencia”, firmó en nombre del Estado venezolano un total de 51  acuerdos, en diferentes áreas, con Uruguay, Argentina y Brasil, ratificando en Montevideo, Buenos Aires y Brasilia, nuestra vocación de unidad y el compromiso legado por nuestro Comandante Supremo, Hugo Chávez”, en el sentido de que “una revolución política y una revolución social, deben estar acompañadas de una revolución económica, si no estaría condenada a morir más temprano que tarde”. Conforme a las expectativas planteadas, los compromisos van desde poner a disposición el potencial energético venezolano, hasta la solicitud de mayor apoyo para el desarrollo agrícola nacional y la industrialización de nuestro país. De manera particular, los proyectos se encaminan a fortalecer
áreas prioritarias como alimentos, energía eléctrica, petróleo, agricultura, desarrollo social y vivienda, así como en nuevas posibilidades de cooperación en materia de abastecimiento y seguridad alimentaria. Además se ha hecho una revisión de los acuerdos ya suscritos para su reimpulso y consolidación. Por otra parte y conforme a la rotación alfabética de los miembros, Venezuela asume a partir del mes de junio la presidencia Pro témpore del MERCOSUR, lo cual permitirá vivir una experiencia inédita en el ciclo histórico del segundo semestre del 2013.La Cancillería venezolana, enmarcada en la institucionalidad del Estado revolucionario, planifica la logística necesaria y constituye los equipos de trabajo, haciendo los mejores esfuerzos para articular la agenda que asegure el éxito del gobierno revolucionario en su condición de país anfitrión de tan magna cita. También será una oportunidad destacar la visión estratégica de Venezuela en materia de política internacional, para exhibir resultados en áreas fundamentales del desarrollo nacional y poder demostrar que la política exterior venezolana tiene el profesionalismo y la cohesión requeridos para dirigir la información de la comisiones técnicas en las reuniones especializadas, cohesionar las decisiones a las que se llegue en este importante foro de integración y orientar la gestión diplomática sobre los diferentes acuerdos consensuados, que al final podrán ser refrendados por los presidentes de cada Estado del MERCOSUR. De cualquier manera, el papel del Estado venezolano en el MERCOSUR está transversalizado por el compromiso sincero y la voluntad política del gobierno revolucionario del Presidente Nicolás Maduro, de reivindicar en el horizonte integracionista el pensamiento libertario y unionista de Simón Bolívar y Hugo Chávez.

Hugo Cabezas
Caracas 3 y 45pm

domingo, 5 de mayo de 2013

Gobierno de Calle = Eficiencia o Nada!



El momento estelar que vive la revolución, requiere de herramientas que contribuyan a perfeccionar las políticas públicas y garantizar su eficiencia. En términos estratégicos el gobierno socialista de Nicolás Maduro ha emprendido la tarea de consolidar la fórmula de transferir poder al pueblo con el llamado “gobierno de calle”; desplegando el gabinete hacia los campos sociales en los espacios urbanos y rurales atendiendo directamente las demandas de la población y lo más importante, haciendo seguimiento de las políticas y programas ya emprendidos por la revolución. Con esto se busca convertir el lema de Eficiencia o Nada! en la estrategia vanguardista para engranar responsabilidades, en el marco de la ejecución del Plan de Desarrollo Socialista de la Nación 2013-2019. En este punto, el debate es fundamental para avivar la conciencia sobre la urgencia de terminar de pulverizar el antiguo sistema oprobioso de la derecha, que aunque derrotado electoralmente, todavía mantiene algunos rezagos infames en el burocratismo de la administración pública, en la ceguera sobre los verdaderos y acuciantes problemas del país y en el infortunio capitalista, responsable principal del egoísmo que incita a la deformación de valores, al consumo desmedido, a la destrucción de los recursos naturales y al desborde de la propaganda subversiva contra la política revolucionaria y el sentido humano de la vida. Por eso en la concepción revolucionaria del poder, la consigna debe ser todo el poder para el pueblo, pero también la integración del trabajo consciente del alto gobierno, orientado por las capacidades para pensar con amplitud y sinceridad sobre los problemas de la praxis revolucionaria y el desarrollo socialista. Como complemento a esta política se crean las Regiones Estratégicas de Desarrollo Integral, a los fines de innovar en el seguimiento a los planes y medidas gubernamentales para reforzar la eficiencia de la gestión pública  y como lo ha señalado el propio Jefe de Estado, la idea es un mejor gobierno, más socialista, más humano y más chavista. En este sentido, las seis regiones de desarrollo: Central, Occidental, Los Llanos, Oriental, Guayana, Marítima e Insular, inspiradas en las Redes Estratégicas de Defensa Integral, son la punta de lanza para hacer cumplir los grandes postulados del Plan de la Patria. En esta tarea, es necesario articular tanto el trabajo de las instituciones y el pueblo, como de los órganos comunicacionales y los temas de agenda deben garantizar la construcción de un catastro social que englobe la orientación hacia un modelo de desarrollo cuidadosamente avalado por los grandes objetivos históricos del “Plan Socialista” de la patria, pensado siempre en una prosperidad y bienestar sustentado en las responsabilidades compartidas, en la ética de la gestión pública, en la ejecución de planes, programas y proyectos, en la mejora de las condiciones de vida, en la reducción de las desigualdades, en la ampliación de la inclusión social. Siendo así, es de esperar que las grandes Misiones y las Micromisiones cuenten con una intervención apropiada a las exigencias sociopolíticas y al marco contextual en los cuales se busca impactar. Por eso un elemento fundamental es el apoyo en el trabajo y en torno a ello el propio Presidente Nicolás Maduro, decidido a cambiar la forma de lucha, ha hecho un llamado a la clase trabajadora para que no solamente esté preparada para movilizarse y demostrar el alto nivel de conciencia revolucionaria, sino a la vez para  comprometerse a fondo con las grandes tareas trazadas por el gobierno socialista. De allí que se podría catalogar el “gobierno de calle” como el principal desafió en el camino socialista hacia una “Gestión de Gobierno Perfecta”. La apuesta entonces es por el futuro y por una política de altura que obedezca a una doble orientación, la regeneración de la administración del Estado en sus formulaciones críticas e implementación de las políticas públicas y en reconocer a escala local, regional y nacional, que las soluciones mediante la organización participativa son posibles. Todo ello requiere poner en el vértice de las tareas ideológicas, organizativas y de gestión, la ética de los deberes, no como expresión abstracta, si no como referente para la acción, para la reforma de las mentes y como principio para el autoexamen sobre las deficiencias, las debilidades, los errores y las fallas incubadas en el interior del aparato burocrático. Por ello la vía inmediata para pasar de la burocracia frágil a la democracia auténtica y a la Revolución fuerte, implica un cambio de espíritu y sobre todo despertar al pueblo y fomentar su interés en los grandes temas del pensamiento revolucionario y hacerse cargo de los grandes problemas, dejando de lado el escepticismo, la desconfianza y la mala hierba de la corrupción. “Eficiencia o Nada” es el eslogan y de lograrlo tendremos una gobernabilidad verdaderamente liberadora y una gestión orientada, como mandaba Hugo Chávez, hacia la verdadera felicidad social. En función de esos principios la nueva cultura administrativa supone acompañar el fortalecimiento del poder popular en todas sus expresiones, y su conexión directa con las zonas de desarrollo ideadas en este momento histórico para fortalecer la nueva hegemonía de la política presidencial, cuyo liderazgo tiene en Nicolás Maduro la posibilidad de romper los eslabones de las debilidades y aplicar el poder bajo el “método de la planificación estratégica” como mejor para cumplir esta tarea, adelantar el proceso participativo, resolver las incertidumbres, y trazar junto a su equipo de trabajo una línea de propósitos para actuar en consecuencia.


Hugo Cabezas
Caracas 1 y 30 pm